viernes, 23 de septiembre de 2011

La ciudad

La ciudad duerme sin voces.

Hasta el más triste lamento se ahoga en la polución de un sueño

La señora tiene en la cara la expresión del tiempo que ha pasado por ella. El mismo que agota cada día, frente a un despertador, antes de levantarse para limpiar las baldosas de la calle.

El cartón no es suficiente edredón para alguien tumbado junto a su perro.

El asfalto brilla. Sobre él, un agua que baja hasta las profundidades de la ciudad por las alcantarillas.

Naranja de la sirena, verde del taxi, rojo del semáforo... colores que iluminan el camino.

2 comentarios:

  1. La ciudad puede ser un mundo impresionantemente maravilloso, como terriblemente cruel, y muchas veces ni nos paramos a pensar en ello.

    Un beso

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  2. Creo que depende de con que ojos te levantes hay dias que miras a tu alrededor y ves el mundo de un modo u otro.

    Un saludo

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